30 septiembre, 2019

Experiencias

Quédate en un lugar,
 extiende todo tu cuerpo y siente cómo el viento traspasa las hendiduras de tus membranas; haciéndote sentir frágil,
 diminuto.

Permite que tu Otro hable y re relea esas historias que negaste,
 abre tus alas y deja que el impulso de saltar se aferre a tu médula...
y te empuje.

Respira profundo y mantén tu aire puro.
Aléjate de las almas abrumadas de realidad y fantasea con tu deseo de ser la verdadera versión de ti.

Malgasta tus últimas horas buscando las experiencias que faltan para llenar
los álbumes irónicos de la vida.

La fe es un virus que recorre el sistema inyectando pequeñas dosis de quietud y conformismo,
 la fe no es un acto es una espera.

Inicia tú la charla con el cosmos,
 no esperes que los grandes vientos te envuelvan.

Despégate de tu cielo y salta hacia los infiernos de los demás.
Comprende sus desgracias pero no seas parte de ellas, te comerán vivo.

Desafía a la muerte y ve a contar la verdad,
 que todos se enteren que los poetas no son tristes y que el amor sí existe.

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