19 julio, 2013

Dos

La fe en la humanidad se me va en bocanadas de humo feliz, 
y empiezo a hablar de cosas prohibidas como la sonrisa de los poetas. 
No necesito entender la vida, 
ni sus metáforas, 
ni los versos de cartón... 
Me alcanza y me sobra con vivirla, 
el aire espeso nos obliga a cerrar los ojos y a imaginar un mundo menos peor.

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