12 junio, 2013

Aires buenos



Malgasto mis días entre falsas sonrisas provocadas por el fuego, 
entre botellas con genios atrapados y libros viejos. 
Malgasto mis horas respirando energía y exhalando sangre.

Buenos aires es tan triste contigo allá.
Paso a paso reinvento cada ciudad, 
recorro cada pueblo, cada idea… 
Juego a las escondidas con los sueños olvidados de mis padres.

No he podido dejar de ver la cascada de leche que fluye de la mesa hacia el piso, 
la quinta vida del gato ha desaparecido gracias a las fuertes voces y las buenas palabras. 
Un terrible silencio invade mis oídos y me hace sentir que voy a explotar, 
aún quedan platos enteros regados por la sala… 
esta vez no tuvo ganador la batalla. 

Ya no logro escuchar la sirena a lo lejos, 
y aunque trato no puedo controlar el movimiento de mis manos. 
No queda nadie, 
no queda nada. 

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