/Besos que no pudimos dar,
/Saludos sin respuestas,
/Miradas que nunca olvidaremos,
/Palabras que dolieron y sigue doliendo,
/Sonrisas y versos.
Debajo de la cama, entre las revistas viejas, sobre la maleta de la universidad,
nadando en el café...
La verdad es que estos recuerdos tratan de huir
de la oportunidad de ser mencionados,
de la oportunidad de ser mencionados,
y somos nosotros los que insistimos en buscarlos.
Escapan por nuestras orejas, roban letras de los carteles viejos, cruzan lagunas mentales,
y parecería que nuestro trabajo es encontrarlos y lastimar-nos.
Hace dos noches estuve en una guerra de recuerdos,
hubo más de tres heridos,
el campo de batalla lucía tétrico,
pude ver claramente la forma de vestir de mi abuelo
la noche de navidad del 95,
recordé las palabras exactas que me dijo Jorge cuando nos graduamos,
reviví aquel día en que tuve un accidente y fracturé mi nariz,
volví a emborracharme cuando recordé la primera vez
que bebí vodka.
pude ver claramente la forma de vestir de mi abuelo
la noche de navidad del 95,
recordé las palabras exactas que me dijo Jorge cuando nos graduamos,
reviví aquel día en que tuve un accidente y fracturé mi nariz,
volví a emborracharme cuando recordé la primera vez
que bebí vodka.
Nuestra insistencia y nosotros.
El brutal quiebre entre lo real y lo futuro.
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