04 noviembre, 2012

Búho

Solía despertar e inhalar de la cabeza del búho cada día,
absorber hasta el mínimo conocimiento escondido entre sus neuronas,
golpear bruscamente y caer entre las letras,
dejando que las casas me cuenten lo que sus dueños ocultan.

Con el pasar del tiempo adquiero sus ojos brillantes,
comienzo a coleccionar sus plumas grises,
otras veces sin darme cuenta empiezo a volar mientras trato de caminar
alcanzando una altura espectacular.

-una vez logré ver dónde se escondía mi miedo-

 Llevo meses con insomnio,
sin necesidad de café ni pesadillas,
viviendo por las noches y muriendo cada mañana,
expandiendo mis alas como símbolo de poder,
matar.

Continúo respirando aire espeso,
a veces dejo escapar algo de humo mientras hablo,
para que todos lo noten.

Sonrío al ver caer cada cuerpo tirado en la tierra,
destilando veneno en cada esquina;
aquí no hay sangre en la cara ni en el piso.


A veces creo sentir que alguien quiere ver a través de mis ojos de búho,
que trata de inhalar mi secreto de la creatividad,
el secreto que gritan los sonidos que no queremos escuchar.

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