Solía despertar e inhalar de la cabeza del búho cada día,
absorber hasta el mínimo conocimiento escondido entre sus neuronas,
golpear bruscamente y caer entre las letras,
dejando que las casas me cuenten lo que sus dueños ocultan.
Con el pasar del tiempo adquiero sus ojos brillantes,
comienzo a coleccionar sus plumas grises,
otras veces sin darme cuenta empiezo a volar mientras trato de caminar
alcanzando una altura espectacular.
-una vez logré ver dónde se escondía mi miedo-
Llevo meses con insomnio,
sin necesidad de café ni pesadillas,
viviendo por las noches y muriendo cada mañana,
expandiendo mis alas como símbolo de poder,
matar.
Continúo respirando aire espeso,
a veces dejo escapar algo de humo mientras hablo,
para que todos lo noten.
para que todos lo noten.
Sonrío al ver caer cada cuerpo tirado en la tierra,
destilando veneno en cada esquina;
aquí no hay sangre en la cara ni en el piso.
A veces creo sentir que alguien quiere ver a través de mis ojos de búho,
que trata de inhalar mi secreto de la creatividad,
el secreto que gritan los sonidos que no queremos escuchar.
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