Un fuerte viento enredó su cabello mientras el cuerpo se balanceaba sobre el filo del abismo cuando yo intentaba decidir entre la calma y la tormenta.
Acepté cerrar los ojos y saltar al vacío,
acepté con mi acción el castigo que me correspondía.
¿Vida o muerte?
Creí por un momento,
en los nuevos seres,
en los atardeceres especiales
y en las sonrisas puras.
Me lancé para salvarla, pero no se dejó.
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