Empecé a vivir mi vida realmente a mi manera,
sin que me importe la opinión de los otros.
Llevo en mi piel tatuajes y aún faltan más,
uso ropa que me haga sentir cómoda y
escucho música que me hace feliz.
Dejé de frecuentar lugares y personas,
dejé de repetir palabras que solo atraían negatividad y
recuperé mis ganas de hacer lo que me gusta.
Estoy en un proceso donde transformo lo que hay en mí para convertirme en un mejor ser humano,
y sigo aprendiendo a conocerme profundamente para no obligarme a vivir situaciones solo para agradar.
En este punto no hay nada que me detenga.
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