06 julio, 2020

Gardenia

El impacto que causó tu mirada en mí fue más grande de lo que esperaba,
me descubriste entre tanta gente y te dejaste ver tan vulnerable.

Quisiera poder coincidir contigo en otro mundo para darle la espalda al pecado 
y sonreír mientras caminamos lejos.

Más de una vez he logrado acariciar tu alma.
Lo sabes, no hay nadie como yo y no hay nadie como tú.

El nombre tuyo retumba como un mantra sanador y energético,
el corazón mío late aguerrido aferrado a la esperanza de una nueva oportunidad,
aún sabiendo que no debemos... 
mientras mi alma sonríe con ganas, al verte tan real.


Con los ojos cerrados repito una y otra vez, intentando que me escuches:

"Dejemos que los otros griten de coraje al vernos 
y corran buscando a quién juzgar... porque con nosotros no pueden.
Dejemos que los miedos fluyan a través de las cascadas de nuestros cuerpos,
deja que tu espíritu baile sobre mí."

El tiempo es relativo, 
pero la relatividad con el que avanza no impide 
que al final el tiempo termine pasando.
 Yo no quiero que me pase el tiempo, 
quiero que me pases tú y tus deseos; 
aunque seamos pecado, 
aunque el infierno pida nuestras almas, 
aunque nos cueste esta vida y la otra.

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